La antigua Roma utilizaba el ábaco para contar, el ábaco romano consistía de una placa de metal con un cierto número de ranuras paralelas, dentro de las cuales se desplazaban botones de metal llamados cálculos. Este tipo de ábaco desapareció antes o con la caída del Imperio Romano.
Historiadores encontraron comentarios de Herodoto (484-425 a.C.), hablando sobre los métodos de conteo de los egipcios y griegos: “Los egipcios mueven su mano de derecha a izquierda en los cálculos, mientras los griegos lo hacen de izquierda a derecha”.
En Europa, durante la Edad Media los europeos tuvieron los primeros contactos con la cultura islámica por medio de las Cruzadas (1095-1270 DC). De esta manera, los números arábigos llegaron a los métodos de cálculo del Occidente.
Posteriormente, se produjo una disputa entre los partidarios de los métodos del ábaco y los que preferían el método árabe para la escritura de los números. Todo el mundo estaba convencido de que su método era mejor. La iglesia, que en ese momento tenía una enorme influencia en la filosofía y la ciencia vio la toma de posesión de los números árabes como una amenaza a su propia autoridad, declarando el método árabe como de la mano del diablo.
El uso del ábaco se mantuvo hasta el siglo 18. Los funcionarios británicas utilizaban el ábaco para sus cálculos fiscales. La Revolución Francesa (desde 1789) prohibió el uso del ábaco en las escuelas y las administraciones, para basarse en el sistema árabe, independientemente del ábaco
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